Capítulo 1 La gente se volvía a su paso. La miraban entre sorprendidos, divertidos y expectantes. No era muy normal ver a una mujer vestida de aquella guisa y corriendo bajo la lluvia. Cuando ya no podía más y el aire no llegaba a sus pulmones, paró, miró hacia atrás y comprobó que de momento su pasado no la perseguía. Estaba aterrada por lo que acababa de hacer. Al mismo tiempo se sentía liberada y culpable. De pronto la invadió el pánico. «Y ahora ¿qué?». ¿Qué hacía, sin dinero, sin teléfono, sin lugar a donde ir? Miró a su alrededor. Había dejado de llover, pero la calle estaba desierta, desierta como su existencia. Se sentó en un banco, de un parque cualquiera. En aquel mismo banco estaba sentada una anciana y su perra. Ambas se giraron hacia ella instantáneamente. Tan evidente fue que se sintió en la obligación de explicarse. —Hola. Yo acabo... de escaparme. —Ya imagino. Pero sabrás que hay cosas en la vida de las que no se puede huir. O
Un espacio para mí y mis mariposas azules. El amor y el día a día será parte de nosotros.