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Dependientas peligrosas.










Los temidos probadores 







Hola, mariposas.

 Es excesivo lo que presencié hace unos días en una conocida tienda de ropa, a la que no voy a nombrar, el día que me paguen por hacer publicidad lo haré encantada, pero hasta ese momento, nanay de la china. 

Bueno a lo que iba que me pierdo.


Es sorprendente como las dependientas pueden llegar a engañar descaradamente y sin escrúpulos por vender una prenda de ropa. Entiendo que la situación es mala y que no se vende lo suficiente para llegar a los objetivos, pero tengamos un poco de dignidad. ¡No todo vale!

El caso es que  una chica se estaba probando unos pantalones, que, aunque es cierto eran de su talla, a simple vista parecía que se había querido meter en dos tallas menos.

La prenda en cuestión era espantosa, no viene al tema, para gustos los colores, pero igualmente a la chica le quedaba cómo decía mi abuela «cómo a un Cristo dos pistolas» jajajaja siempre me gusto este dicho.” A lo que ibas mariposas que te pierdes”.

 En fin, que la prenda no le hacía ninguna justicia, además de quedarle tan ajustada que cualquiera podría leerle los labios sin ningún esfuerzo.

Pues bien, la dependienta, una hija de…, porque no se le puede decir otra cosa, estaba persuadiendo a la chica, de que le quedaban tan perfectos que sus gestos asemejaban a estar viendo la octava maravilla,  vamos que le falto asegurar que el diseñador estaba pensando en ella en el mismo momento de crear  la prenda. Y no contenta con aquello aún  osa llamar a su compañera de sección para que está, confirmara su opinión. Cosa que no dudo en hacer para mi sorpresa.


Patético, yo las miraba asombrada, e incapaz de creer lo que estaba viendo con estos ojitos que no son capaces de perderse nada. En ese momento y por casualidad  la chica me miró e imagino cual sería mi expresión de horror, pues tras verla entró en razón  decidiendo que esos pantalones no se irían a vivir a su armario.  Dejando claro está a aquel par de dos víboras mentirosas sin la venta deseada.


Y es que chicas, eso no se hace. Todo no vale, una persona tiene que tener dignidad y saber hacer su trabajo. Si tienes que vender vende, busca en la tienda otra prenda que seguro que la chica no vio y que le estará de maravilla e incluso acabará comprando y no solo eso sino que posiblemente vuelva otro día que decida renovar vestuario.

Yo no sé vosotras, pero yo a los probadores les daría un uso mucho más morboso. Siempre me puso unos tonos elevados pensar en todo lo que un Alex cualquiera (protagonista de mi novela A través de su objetivo) sería capaz de hacer allí dentro. Me pongo roja solo de imaginarlo.


Yo me declaro de las que no pisa lo probadores, yo soy de esas que pillan la ropa que más o menos piensa que me puede gustar puesta y me la llevo a mi casa. Allí lejos de la mirada de las arpías y mentirosas dependientas, me la pruebo tranquilamente y ya decido si la devuelvo o me la quedo.

 Si algún día saltando la norma me he metido en el probador, os puedo asegurar que ese día no me he comprado nada.


Elegir tu propia ropa 
Además, yo no sé vosotras, pero nunca me gusto ir a comprar ropa acompañada, siempre me condiciona la mirada de la que tengo a mi lado. Es por eso que las mejores compras de mi vida las hice siempre sola conmigo misma.
Y claro está que no me gusta que nadie me haga la temida pregunta: — ¿Qué te parece como me queda? A lo que siempre contesto: —Es muy de tu estilo. —Jajajaj seguro que más de una ya no me vuelve a preguntar.





En fin, que esta es la pequeña historia, la de unas dependientas que por vender algo te venden el Quijote como novedad literaria. Menos mal que siempre podemos hacer una devolución y quedarnos tan a gustito.

Espero que no devolváis esta entrada y por el contrario me dejéis ese comentario que siempre me alegra recibir, una, porqué me demuestra que estáis cerca y no escribo para las musarañas y dos, porqué siempre me sorprendéis con vuestras opiniones.


¿Me cuentas tu experiencia en un probador?


Gracias por visitar la buhardilla, yo estoy encantada de tenerla llena de mariposas. No olvides dejar tu comentario, sé que soy pesada, pero no te haces una idea lo importante que es para mí y para el blog. 

Hasta el próximo lunes en una nueva entrada en esta Mesa camilla de las redes sociales. Con Ca de Chary Ca. 






Comentarios

  1. Hola Chary!!! Yo soy como tú pero ahora la "moda" es entrar al probador ha hacerse selfies jajajjaja cuando voy con mi hija tiembloooo!!!! besitos cari

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    1. Hola cielo, que antigua soy eso no lo sabía, pero me lo apunto para la próxima vez. Un beso cariño y gracias por visitar la buhardilla y comentar.

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  2. Holaaa!!
    Yo detesto ir de compras, precisamente por eso, vender al precio que sea, denigrando incluso a las personas.
    Ahí entra el dicho "El fin justifica los medios" con tal de llegar a sus objetivos. No me dejo engañar y voy bien acompañada en las escasas ocasiones, así me evito esas situaciones incómodas. ;)
    Te he nominado al "premio blogger house" por tu contribución a la blogosfera, pásate por el blog a recogerlo. ¡¡Enhorabuena!!
    http://lunnaris81.blogspot.com.es/2016/04/premio-blogger-house.html

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    1. Hola guapa, encantada de que estés en la buhardilla y sobre todo de tu comentario. Tienes toda la razón no se dan cuenta que no todo vale, pero en fin creo que las personas cada vez nos dejamos guiar menos por sus opiniones. Un beso. Y Gracias por la nominacion es un placer cielo.

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  3. Uff que mal, yo casi no voy a tiendas a comprar por eso, odio una vendedora atrás de mi y que encima te quieran vender cosas horrorosas solo por vender.
    Besos cariño.

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    1. Hola cielo, gracias por visitar la buhardilla, tienes razón con esas maneras la gente prefiere comprar por la web. Un beso tesoro

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  4. Que horror!!! No soporto meterme en un probador.... Normalmente compro al ojo, si creo q me viene bien, lo cojo y para casa, que allí me lo pruebo más tranquila. Si n hay más remedio, procuro ir con mi marido, el no me va a engañar...y además, le encanta venir de compras.

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    1. Jajajaj nena, tu marido es un chollo, el mio tiene el arte de escaquearse. Pero tú eres de las mías, ojo y para casa y allí sin presión a decidir. Y los probadores
      para otros menesteres. Gracias por tu visita y por tu comentario. Un beso mi mariposa.

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  5. Que horror!!! No soporto meterme en un probador.... Normalmente compro al ojo, si creo q me viene bien, lo cojo y para casa, que allí me lo pruebo más tranquila. Si n hay más remedio, procuro ir con mi marido, el no me va a engañar...y además, le encanta venir de compras.

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  6. Buenos días a tod@s, mi experiencia es escasita porque al igual que tú me pruebo en casa, los espejos de los probadores me hacen chillar....y no tengo a ningún " Daniel" al que pedir ......
    A lo que iba tenía una amiga que le encantaba el "shopping " ... Y era de las que se llevaba al probador el máximo de prendas, y a tí te quería para que le llevaras más prendas todavía.....Un día en una de esas pruebas se colocó un mono de esos enteros que se llevan o llevaban ....parecía la cantante de Abba elevado a la 8 potencia... Sale toda "fashion" y me pregunta .... Te gusta cómo me queda? Y todo lo diplomática que pude ser, dije ( vamos que le quedaba como decía tu abuela Chary ) "hombre yo lo veo un poco llamativo" y me contestó..... "Pués me le llevó"....qué debería haber contestado mariposas ? Imaginaros con qué cara me quedé.....Buen día a tod@s ;)

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  7. jajajajaj, espera que me recupere del susto. Lo de tu amiga no tiene nombre, nena. Yo la hubiera sacado de ese probador y la hubiera llevado a la óptica más cercana. Lo que yo te digo que los probadores para otros menesteres. Un besazo muy grande y gracias por comentar y formar parte de esta pandilla de mariposas locas que habitan en la buhardilla.

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  8. jajajajaj, espera que me recupere del susto. Lo de tu amiga no tiene nombre, nena. Yo la hubiera sacado de ese probador y la hubiera llevado a la óptica más cercana. Lo que yo te digo que los probadores para otros menesteres. Un besazo muy grande y gracias por comentar y formar parte de esta pandilla de mariposas locas que habitan en la buhardilla.

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